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AlimentosBPM

Buenas Prácticas de Manufactura

Desde tiempos antiguos, las personas han mostrado preocupación por la seguridad de los productos que consumen. Hay registros de alrededor del año 200 A.C sobre la adulteración del vino con agua. En 1202, el Rey Juan de Inglaterra estableció la primera ley inglesa de alimentos, llamada “Assize of Bread”, que prohibía la mezcla de ciertos granos con la harina en el pan. Con el paso del tiempo, se ha ido reconociendo la importancia de garantizar la seguridad de los productos. En el siglo XIX, se empezaron a establecer normas y mecanismos a nivel global a través de instituciones públicas y privadas, con el objetivo de asegurar la calidad de los productos para los consumidores.

Una de las estrategias clave para asegurar la calidad de un producto es la aplicación de las buenas prácticas de manufactura (BPM), también conocidas como normas de correcta fabricación (NCF) o good manufacturing practices (GMP) en inglés. Estas medidas y regulaciones buscan garantizar un control eficaz en todas las etapas de producción, con el objetivo de obtener un producto final consistente y de alta calidad que cumpla con los requisitos establecidos por las autoridades competentes. La implementación de las BPM es fundamental para asegurar la seguridad y eficacia de los productos destinados al consumo.

Una de las estrategias clave para asegurar la calidad de un producto es la aplicación de las buenas prácticas de manufactura (BPM). Estas normas, también conocidas como NCF o GMP en inglés, buscan garantizar un control adecuado en todas las etapas de producción para obtener resultados consistentes y cumplir con los estándares de calidad establecidos por las autoridades. Las BPM incluyen medidas y regulaciones que buscan garantizar un diseño adecuado, monitoreo y control durante el proceso de manufactura, con el objetivo de asegurar la calidad del producto final para su uso y/o consumo.

La importancia de seguir las buenas prácticas de manufactura (BPM) radica en su aplicabilidad en diversos sectores como alimentos, medicamentos, dispositivos médicos, productos químicos y otras industrias de consumo. Es fundamental asegurar la seguridad de los productos para el bienestar humano. Muchas veces, un consumidor no puede identificar todas las características de un producto mediante la inspección visual, olfativa o táctil, por lo tanto, es crucial garantizar la inocuidad desde la etapa inicial. Para lograr esto, se deben abarcar todos los aspectos del proceso productivo, desde la selección y descripción de las materias primas, la formación continua del personal, las prácticas de higiene, limpieza y desinfección, las condiciones de las instalaciones, el almacenamiento adecuado de las materias primas y productos terminados, las pruebas de los productos finales, entre otros aspectos. Se puede notar que implica un esfuerzo que vincula todos los aspectos de una empresa, por lo tanto es esencial elaborar un manual de buenas prácticas (BPM) que defina y relacione adecuadamente todos los procedimientos y que esté correctamente documentado para llevar a cabo un proceso de fabricación aceptable.

En términos generales, se puede apreciar que las buenas prácticas de fabricación requieren un gran trabajo previo, por lo tanto, es fundamental informarse con anticipación para su desarrollo y aplicación. Por ello, en Línea Continua Consultores ofrecemos el servicio de proporcionar manuales de buenas prácticas de fabricación diseñados y adaptados para empresas de todo tipo.

Fuente:

Milestones in U.S. Food Law

Milestones in U.S. Food and Drug Law

 

Historical incidents leading to the evolution of good manufacturing practice

Santiago Bedoya
Químico Industrial
Universidad Tecnológica de Pereira

Carolina Marín

Ingeniera de alimentos Universidad de Caldas, esp. Procesos en Ingenieria de alimentos y biomateriales UNAD, Magister en Mercadeo ICESI. Consultora empresarial. CEO Línea Continua Consultores.